Diseñan en Santa Fe un innovador sistema de fumigación

Tras varios años de investigación, este año un grupo de emprendedores santafesinos logró finalizar el primer drone a combustión del mundo destinado al monitoreo y control de plagas en tiempo real para el campo. Se trata del primer prototipo de un modelo que ahora buscan desarrollar en serie y al que le observan enorme potencial por tener un precio muy por debajo de la media.

Franco Garione es el CEO de BioDrone, una startup incubada en el Centro de Innovación Tecnológica, Empresarial y Social (Cites) de Sunchales. En diálogo con Punto biz, contó las características de lo que entiende es un producto único en el mercado. "No hay otra empresa que provea un servicio de monitoreo y control integral de plagas de manera inteligente y eficiente como nosotros. Al menos no de manera integral", dijo.

El sistema desarrollado por la firma combina un drone de combustión interna (hoy la mayoría funciona con baterías) y una red de trampas geo posicionadas que detectan la presencia de insectos. Conectados a través de la nube, ambos funcionan a la par, eliminando los tiempos muertos que hoy existen entre la detección de plagas y la aplicación de pesticidas.

Recién hace 10 días lograron hacer volar lo que consideran el drone de primera generación, y ahora irán por el nuevo modelo, pensado para grandes superficies. Para ello, ya tienen montado un taller propio, que demandó una inversión de $ 2 M y asegurará que cada pieza pueda ser pensada en función del producto final.

"Tenemos planeado estar haciendo pruebas en julio o agosto y salir a buscar una nueva ronda de inversiones para poder comenzar a producir a escala el año próximo", indicó Garione, quien aseveró que por semana reciben entre 3 y 5 consultas de distintos productores nacionales y extranjeros.

Una de las innovaciones del drone es su funcionamiento a nafta, lo que otorga mayor practicidad y autonomía. A la hora de fumigar grandes superficies hoy se requiere detener el proceso cada 10 minutos para el recambio de baterías, lo que genera una pérdida de tiempo y mayor dependencia del factor humano. El diseño de BioDrone, en cambio, permitirá un vuelo de 40 minutos de manera continua.

Esta característica, junto a la combinación con el sistema de trampas, resultará en un beneficio económico para el productor, que tendrá todo el paquete en un mismo producto. Según calculó Garione, el precio final del sistema rondará en los u$s 20.000, muy por debajo de lo que hoy cuesta una fumigación tradicional, ya sea terrestre o aérea. A ello debe sumarse la altísima precisión del dispositivo, lo que evitará la dispersión del insecticida y la reducción del riesgo ambiental.