La Bolsa tuvo que bajar el perfil al banderazo canalla en el recinto

La realización prevista para hoy de un festejo canalla por la Copa Argentina en el recinto de operaciones del mercado de granos de la Bolsa de Comercio de Rosario generó ayer el rechazo de muchos socios históricos y de peso específico de la entidad que lo consideraron como algo fuera de lugar. Y ante esa presión, las autoridades buscaron ayer cómo bajarle al máximo el perfil a la celebración.  

El banderazo centralista fue promovido por un grupo de jóvenes operadores como un festejo interno con todo el folclore centralista que incluía banderas, la visita de algún invitado especial que se estaba gestionando y hasta una vuelta olímpica en el recinto. Siguiendo los pasos institucionales, pidieron autorización a la Mesa Ejecutiva que se los concedió con algunas consideraciones como que no haya exabruptos de ningún tipo y se guarde decoro.

No obstante, cuando ayer al mediodía trascendió por una nota en punto biz la celebración prevista para hoy, empezaron a aparecer críticas de socios históricos y de peso específico que fueron escalando con el correr de las horas. Puntualmente, se quejaron de que la Bolsa no es el ámbito correcto para armar un banderazo más aún cuando la economía del país está grave, la situación del mercado de granos es delicada y sobre todo la Bolsa atraviesa un momento institucional delicado con su presidente en licencia procesado por la Justicia federal en la causa de los cuadernos de la corrupción K. Además, señalaron haber tomado nota de que en ámbitos empresarios de Buenos Aires causaba sorpresa que la Bolsa apareciera como escenario de festejos futboleros.

Un grupo de socios históricos hasta fue a la dirección de la Bolsa para averiguar de boca de las máximas autoridades si era cierto que la Mesa Ejecutiva había aprobado el banderazo, y al comprobar que sí expusieron su reclamo y pidieron que se lo desactive. También hubo socios históricos que llamaron al Centro de Corredores para indagar si el banderazo era promovido por la entidad, que aclaró que nada tuvo que ver con la idea y que no participó en nada en su organización.

Como las críticas no cesaron, la Mesa Ejecutiva empezó a buscar bajarle al máximo el perfil al festejo, sumándole condiciones como que finalmente no se haga en el recinto de operaciones y que no haya invitados especiales. Era bien entrada la noche cuando el tema todavía estaba en debate y hasta había chances de que finalmente se desactive.

Hubo promotores del banderazo a los que no les cayó bien el cambio de actitud de la Mesa a pocas horas de su realización, pero la mayoría prefirió concentrar su enojo en rastrear la filtración de la información y criticar a la prensa por difundirlo. No obstante, lo que levantó más polémica entre los corredores (y anoche, por las despedidas de fin de año, hubo varios quinchos) fue la actitud de varios miembros de la Mesa Ejecutiva que primero aprobaron un pedido presentado por los jóvenes operadores (que respetaron al máximo la institucionalidad), pero cuando estalló el rechazo en vez de asumir el costo político de haber aprobado una iniciativa que cayó mal entre muchos socios que la consideraron desafortunada, se corrieron del centro de la escena, no asumieron que ellos son los responsables y prefirieron cargar y embestir contra los jóvenes operadores que la motorizaron.