Coimas:el procesamiento de Padoán expone a Vicentín

"¿Le venderías a Vicentín ahora que embargaron por $4.000 M a Padoán?", pregunta con ironía un operador de granos en el recinto de la Bolsa de Rosario a un colega suyo apenas trascendió ayer la noticia de que el titular de la entidad bursátil local había sido procesado por el juez Claudio Bonadío en la causa de los cuadernos. El comentario era irónico porque Vicentín es, junto con Cargill, el principal comprador de granos en el recinto de la Bolsa y por eso ningún corredor va a dejar de venderle. Pero lo importante de su comentario es que ponía el foco sobre Vicentín cuando hasta ahora los títulos en los medios se los lleva la Bolsa porque Padoán es su presidente pero nada del proceso la involucra.

Según la resolución de Bonadío, Padoán "ordenó las entregas de dinero por el grupo agroindustrial Vicentín", una en 2013 por u$s500.000 y otra en 2015 por u$s1 M. En otras palabras, para el juez, Padoán sería el vehículo por el cual Vicentín pagó coimas.

Como Vicentín es una empresa con mucho financiamiento internacional (u$s 239M de la CAF, Crédit Agricole, Citti, Itaú, Rabobank y BNP en 2011 para la construcción de Renova en Timbúes; u$s 130 M del CFI en 2015 para capital de trabajo, u$s 115 M de un pool de bancos asiáticos para exportaciones a Japón en 2017 y u$s 295M del CFI, Natixis y Rabobank para financiar exportaciones en 2018) y una impecable trayectoria en el sistema financiero, este caso judicial de resonancia nacional la pone en un lugar de exposición no deseado. Una posición políticamente incómoda para Arsa, la empresa que armó para comprar parte de Sancor y que ahora analiza tomar financiamiento, o para la negociación con el gobierno provincial por la extensión de la concesión del puerto de Rosario.

Lo cierto es que al defenderse, "manifestado la absoluta convicción de inocencia", Padoán sostuvo (página 61 de la resolución): "Me atrevo a decir que esas sumas nunca existieron, pues mi pasado en Vicentín me permite asegurar que no es ni ha sido jamás política de la empresa hacer semejantes entregas dinerarias con ninguna finalidad". También aseguró que fue director de Vicentín hasta 2003, diez años antes del supuesto pago de la primera coima. 

Pero tan cierto como ese último dato es que Padoán también es hoy accionista líder de la firma, que en Vicentín se mantiene la conducción familiar del grupo y que dos hijos de Padoán integran el directorio central de la empresa. Y si bien está alejando del management, por esas razones propias de las empresas familiares, sigue estando al tanto de las grandes líneas de negocios que encara la firma.

Un punto fuerte de la defensa de Padoán es que "Vicentín jamás fue contratista del Estado" ni estuvo vinculado a la obra pública. Precisamente, la acusación de Bonadío nada dice sobre la razón o el beneficio que habría obtenido Vicentín por el pago de la supuesta coima.

Y en esa línea de desvincular a Vicentín, Padoán sostuvo a la prensa que los contactos con el Ministerio de Planificación Federal fueron por sus gestiones como vicepresidente de Fisfe o presidente de Corenosa, la entidad empresaria del norte provincial, por reclamos de obras públicas o la provisión de gas para la fábricas. Y, según sostienen en su círculo, esas gestiones -siendo un conocido empresario- lo expusieron a permanentes "encargos" de carne (el grupo controla Friar), aceite y vinos (tienen Vicentín Family Wines) de parte de los funcionarios K.