Millonaria inversión para ser el mayor fabricante de vainillas del país

Sesenta años después de iniciar operaciones en una pequeña panadería de Bigand, la firma Mauri SA se transformará en la mayor fabricante de vainillas del país. Lo hará tras concretar una millonaria inversión para incorporar tecnología para automatizar procesos y optimizar la capacidad instalada en sus más de 20.000 m2 de superficie industrial.

El proyecto, tiene como objetivo llevar a la empresa a una producción diaria de 72.000 kilogramos diarios de alimento: la mitad correspondiente al segmento vainillas y la otra dividido entre los distintos productos (crackers, dulces y salvado, entre otros). El salto supone un incremento del 30% respecto a los números de 2016.

"Estábamos con una situación que se mantuvo hasta principios de año, donde teníamos una sobreventa del 30% y nuestra capacidad no nos alcanzaba para abastecer", explicó el titular de la compañía Gerardo Mauri, consultado por el contexto que dio lugar a la inversión.

La coyuntura cambió y hoy tienen una retracción en las ventas de entre 20% y 30%. Por ello, a pesar de la inminente finalización del proyecto de expansión, no tienen pensado poner toda la carne al asador en el corto plazo. "En el momento que el país se acomode vamos a poder utilizar a full la segunda línea de producción que sumamos y los robots de la parte de envasado", agregó el empresario.

Aunque siempre volcó su producción íntegramente al mercado interno, desde Mauri están analizando la posibilidad de transitar el camino de la exportación. "Por ahora no tenemos nada, pero lo queremos hacer para cubrir la baja de la demanda local", dijo. Más allá del contexto, Maui hoy emplea a 240 personas en su planta ubicada sobre la Ruta 178, en Bigand.

La historia de paulatino y constante crecimiento de la firma (que nació en 1954 de la mano de Ramón Jaime Mauri) le valió un reconocimiento de Fisfe, que la semana pasada le otorgó un premio al Mérito Industrial.

A la par de la incorporación de la tecnología, Mauri SA está adaptando sus procesos de elaboración, controles y ambientales al cumplimiento de un programa HACCP ("Análisis de Riesgos y de Puntos Críticos de Control") que asegura y garantiza la producción de un alimento sano.