De chico tomaba agua tónica y ahora creó la primera hecha en Rosario

Su última experiencia fue con Campari, donde estuvo tres años como ejecutivo de ventas hasta que decidió seguir su propio camino y lanzó un proyecto en el que venía trabajando hacía varios meses: Nina Q, la primera agua tónica rosarina. Su autor, Lisandro Battaglia, la define como un producto destinado a la coctelería, no solamente en los bares sino también a para uso hogareño.

Battaglia trabajó doce años en el rubro de la bebida. Pasó de una compañía a otra y así empezó a instruirse en esa cultura. El agua tónica fue la primera gaseosa que probó cuando iba a la casa de sus abuelos y se volvió un apasionado de la misma. “En ese momento mis amigos tomaban gaseosa cola y un poco me cargaban porque yo era un bicho raro que tomaba agua tónica. Desde ese momento me gustó y tomé toda la vida”, expresó Battaglia a punto biz.

Para el creador de Nina Q las propuestas del mercado no eran lo suficientemente buenas y eso lo llevó a querer innovar, confiando en su experiencia y personalidad: “Soy una persona muy detallista a la hora de tener el producto terminado, el agua tónica si bien no tiene demasiados componentes requiere equilibrarlos de forma muy precisa, desde la pureza del agua al momento de fabricarla, que tenga una burbuja con persistencia y durabilidad, que tenga constancia y obviamente la quinina que le da el amargor y también los cítricos”.

Sin embargo, lanzar su emprendimiento fue algo que a Lisandro le llevó un gran esfuerzo. Se dedicó a ahorrar durante largo tiempo, privándose de ciertas comodidades y resignando vacaciones con sus amigos para juntar el dinero suficiente. “Dejé el estado de bienestar y confort en una compañía importante para pasar a ser un nuevo emprendedor”, comentó Battaglia.

El proyecto Nina Q es todo hecho a pulmón por Lisandro: produce, comercializa, hace las entregas, y cobra los pedidos, todo con el apoyo y la ayuda de su pareja Vicky a la cual define como su principal motivadora.

Al momento de lanzarse al mercado, quería que su producto se distinguiera del resto no sólo por su calidad sino también por su estética. Se contactó entonces con un fabricante de Argentina para encargarle las botellas de vidrio. Lo que el emprendedor buscaba era darle un estilo vintage al producto, remontándose a años anteriores cuando el agua tónica venía en botellas retornables, que además considera que conservan mejor la bebida.

Actualmente Battaglia logra sacar aproximadamente mil botellas en cada una de sus producciones. De ese total, el 90% es destinado al mercado rosarino y el 10 % restante va a San Lorenzo y Villa Constitución. “En Rosario, Nina Q está presente en un gran número de vinotecas pero también se puede probar en algunos bares específicos como Consultorio y Blackship en Rosario o Chipi Chipi Bistró en San Lorenzo”, detalló Lisandro.

El emprendedor se mostró contento por la receptividad que tuvo su producto y espera ampliar pronto la comercialización. “Estamos teniendo contacto con gente de Mendoza, del sur del país y recientemente me contactaron de algunos lugares de gastronomía de Buenos Aires. Todo esto gracias a las herramientas de redes sociales y esta interconectividad que tenemos que nos acerca mucho más a la gente”, finalizó.