El ausentismo invisible

Es habitual en las organizaciones calcular el porcentaje de ausencias del personal: se investigan las causas, se las clasifican y se intenta tomar medidas para reducirlo.

Sin embargo, hay “otro ausentismo” que es invisible, y que por tal razón es difícil de medir y de combatir. Es el que se produce cuando cada uno de nosotros está en su lugar de trabajo, pero no está PRESENTE. Su cuerpo está en el puesto, pero su mente está en otro lado. Esta también es una forma de ausentarse.

¿Quién no vive esta situación? Generalmente nuestra mente está lo más lejos posible de donde están nuestras manos y pies. Estamos en el trabajo y pensamos en la familia, estamos con la familia y pensamos en el trabajo, comemos y vemos televisión, conversamos con alguien y revisamos el móvil, y así infinidad de ejemplos. Nos cuesta tanto “hacer lo que hacemos”, estar completamente PRESENTES. No por nada proliferan los cursos de Mindfulness, revelando la imperiosa necesidad que tienen las personas de lograr una atención plena en el “ahora”.

Lo cierto es que vivimos distraídos. DIS-TRACCIÓN implica tirar violentamente en direcciones opuestas. Y efectivamente, cuando nos distraemos nos desgarramos a nosotros mismos, nos hacemos pedazos, perdemos UNIDAD.

Pero ¿dónde está nuestra mente cuando no está en el presente? Pues hay dos “lugares” dónde puede recalar: en el PASADO o en el FUTURO. En el primer caso, seguramente hurgando en viejas heridas, errores cometidos, culpándose o compadeciéndose. En el segundo, probablemente temiendo desgracias que nunca sucederán o preocupándose por problemas inciertos.

¿Cómo poder ejercitarse en esto de “vivir el presente”? Aquí van algunos tips sencillos y económicos:

• Respirar profundamente, percibiendo en forma consiente el aire que ingresa y expiramos.
• Caminar o correr sintiendo el contacto de nuestros pies en el suelo.
• Al momento de ducharnos, percibir atentamente el agua que golpea nuestro cuerpo.
• Al comer, sentir y gustar los alimentos y bebidas en nuestra boca, masticar lentamente.
• En el trabajo, no mantener permanentemente a la vista los e-mails o los mensajes del móvil, sino destinar momentos determinados del día para revisarlos.
• Si estamos conversando con alguien, hacer el esfuerzo por prestarle toda nuestra atención.
• Cuando llegamos a casa, desconectar el móvil.

Si desean profundizar en este tema les recomiendo la lectura del libro “Al andar se hace camino. El arte de vivir el presente” del autor Carlos G. Valles.

Vale la pena tomar en serio la cuestión, después de todo, perderse los momentos presentes es una manera de malograr la vida.