Un gasoducto del sur santafesino va para el Guiness de los desaguisados

Las idas y vueltas de la política doméstica, sumadas al subibaja de la economía argentina, vienen demorando la obra para extender una red de gas natural en el sur santafesino. Como si fuera el guión de "Esperando la carroza", el derrotero que llevó a la situación actual contiene ribetes insólitos y una infausta sensación: la luz al final del túnel parece seguir estando bastante lejos.

El proyecto arrancó con el pie izquierdo en 2014, cuando Cristina Fernández de Kirchner le otorgó al Intendente de Venado Tuerto José Freyre (PJ) una obra que excedía su jurisdicción: con un presupuesto inicial de $133 M se pretendía extender el servicio a un puñado de localidades peronistas.

El municipio santafesino sólo avanzó con el acopio de materiales. Desembolsó $60 M para comprar los caños pero como los fondos nacionales nunca llegaron y el gasoducto no avanzó, Venado Tuerto tiene stockeados los caños en un depósito de Campana. Y debe pagar todos los meses $300.000 por su custodia, unos $3,6 M anuales.

El “alquiler” por el mantenimiento de esas estructuras se viene realizando desde abril de 2017, es decir que a la fecha Venado Tuerto ya pagó por ese servicio unos $4,2 M (un monto que serviría, por ejemplo, para sumar 400 conexiones de gas, si se tiene en cuenta que Litoral Gas habilitó recientemente 1.000 bocas en Rufino con una inversión de $10 M).

En un intento por recuperar parte del dinero, Freyre ofreció los caños a la concesionaria "a cambio de obras para la región", pero recibió una tibia respuesta y de momento deberá seguir pagando el cánon mensual para mantenerlos como están.

Solo una revisión integral de la tarifa o un cambio de prioridades en la política económica del gobierno nacional podrá destrabar la obra para extender este servicio en varias localidades del sur santafesino. Así explicaron a Punto biz desde Litoral Gas, que de todas formas avanzará con un plan de inversión para los próximos tres años para seguir ampliando las redes en esa región, en el marco de los desembolsos comprometidos al Ente Nacional Regulador del Gas para el periodo 2017-2021.

“Nosotros podríamos comprar los caños si fuera necesario, pero eso no soluciona el problema de fondo", dijo el vocero de Litoral Gas José María González, que coincidió con la visión del consultor especializado en temas energéticos Alberto Rosandi, al frente de la EiyS: “Hoy por hoy el proyecto del Gasoducto Regional Sur requiere una actualización de precios y Nación no lo está otorgando”, afirmó Rosandi, quien insistió que la primera medida para avanzar sería "involucrar a todos los actores para buscar alternativas de continuidad".

Ante la actual coyuntura de ajuste en las cuentas públicas nacionales, es ciertamente improbable que la Casa Rosada aporte los fondos para retomar la obra. Por ello, una de las opciones que barajan los referentes locales es que sea el gobierno santafesino quien brinde el primer impulso. Al menos así lo expresó el senador por el departamento General López Lisandro Enrico: “Tenemos el compromiso del gobernador Miguel Lifschitz, quien nos dijo que de destrabarse los fondos de la deuda con Nación, está dispuesto a destinar parte de los mismos para iniciar el gasoducto”, explicó ante la consulta de este medio.

A todo lo antes expuesto debe sumarse otro factor que oscurece aún más el panorama: a principios de junio renunció a sus funciones Marcelo Blanco, el funcionario que llevaba las gestiones por la obra dentro del Ministerio de Energía nacional.