Por fuera del Centro, corredores buscan que Agricultura interceda ante CNV

“El Ministerio de Agricultura decidió no intervenir ante las nuevas normativas establecidas por CNV para los operadores de futuros agrícolas”. Ese fue el mensaje que bajó el Centro de Corredores de Buenos Aires a sus asociados en las dos reuniones que tuvieron en los últimos quince días para ver cómo pararse frente a los cambios. Pero al tomar conocimiento un grupo de corredores porteños de que las gestiones del Centro no habían llegado al ministro de Agroindustria, Luis Echevere, sino que la máxima autoridad que los recibió en esa cartera fue el secretario de Agricultura, Guillermo Bernaudo, estimaron que había ahí una punta para volver a buscar un canal político que logre flexibilizar algunos de los nuevos requerimientos.

Es por eso que ayer un ex presidente del Centro y actual presidente de la Cámara Arbitral, Javier Buján, empezó a agitar desde su muy seguida cuenta personal de twitter la alerta de que “corre peligro el futuro de los corredores agrícolas” buscando interesar al Ministerio en la polémica. “La normativa provocará que los mercados de futuros agrícolas concentre aún más la operatoria yendo en contra de su desarrollo futuro, cuando desde Agroindustria se pregona para que el productor lo utilice como cobertura o seguro de precio”, resaltó Buján. “Me cuesta creer que Agroindustria no intervenga para que CNV entienda lo importante del corredor de futuros agrícolas para la transparencia y crecimiento del mercado”, agregó el corredor.

Sobre los dichos de Buján se sumó también por twitter un ex secretario del Centro de Corredores y actual director del Mercado a Término de Buenos Aires (Matba), Ricardo Baccarin, quien fue particularmente muy duro. “La CNV no entiende –en líneas generales- el funcionamiento de nuestra actividad. Nuestros representantes del Centro de Corredores tampoco logran hacérsela entenderá los funcionarios. Los resultados de este combo letal resultarán visibles en pocos meses más”, disparó dejando afuera de la línea de fuego de sus críticas al Ministerio de Agroindustria.

Es que el objetivo es interesar a Echevere para que interceda antes de octubre, cuando empiezan a regir plenamente las nuevas exigencias patrimoniales y arancelarias a los operadores de futuros, para que los acompañe en la gestión para reducir el impacto de los nuevos requisitos.

La imposibilidad de manejar el dinero de sus clientes que tienen a partir de ahora los agentes que negocien exclusivamente futuros agropecuarios es la principal queja y el principal mojón de CNV en el sector. Pero también tallan otros aspectos en los que las partes podrían encontrar un entendimiento como la matrícula anual (que llega a los $300 mil) y la obligación de mantener el 20% del patrimonio en forma líquida constante (unos $500 mil en los agentes más pequeños).

Buján fue particularmente catastrófico en su análisis de situación. Según su lectura, los clientes que pierda el agente en los mercados de futuro a manos de los grandes jugadores (que sí pueden hacer frente a las nuevas exigencias) también será a la larga un cliente que pierda en el mercado de contado. “Y al perder el negocio físico se verán obligado a reducir o cerrar”, alertó.