Lifschitz hace gestos como para que lo entiendan

La ruleta de los posicionamientos políticos de cara al 2019 se aceleraron en los últimos días. Al gobernador Miguel Lifschitz amenazan con cerrarles definitivamente las puertas para una reforma constitucional y su reelección, pero a diferencia de oportunidades anteriores en la que se disciplinó, ahora muestra los dientes para que vean que está dispuesto a dar pelea.

Las peleas en el seno del Partido Socialista están al rojo vivo, aunque muchos las equiparan con un baile arriba del Titanic, después de los magros resultados cosechados en las últimas elecciones. La gota que colmó el vaso fueron declaraciones del diputado provincial Eduardo Di Pollina en el sentido de que ya se acabó el tiempo para pensar en una reforma constitucional, supuestamente vulnerando un pacto de caballeros entre Lifschitz y Antonio Bonfatti de que no iban a aparecer astillas del mismo palo en medio de la intentona del gobernador.

Lo cierto es que el contragolpe de Lifschitz no se hizo esperar. Durante las últimas horas trascendieron sus negociaciones con el gobierno nacional  para que un eventual respaldo de Mauricio Macri le otorgue renovados bríos a su plan, al mismo tiempo que posó para la foto en la Bolsa de Comercio junto a la periodista catalana Pilar Rahola, muy criticada desde los cenáculos socialistas por sus posiciones pro liberalismo. El encuentro fue este lunes en un desayuno que organizó el Mercado de Valores en el restaurante Mercurio previo al a charla de la polémica periodista que vino a hablar de "populismo y falso progresimos".

Para agregar condimentos a la ensalada, durante el fin de semana trascendió que una propuesta de Ciudad Futura para la elección de intendente en 2019 contaría con cierto  apoyo en las filas del socialismo más ortodoxo.