La cordobesa que mejor pinta se quedó con una competidora

La cadena de pinturerías Tersuave, líder de su segmento en el interior del país, cerró la compra de Colorín, uno de sus principales competidores, por un 90% de las acciones en una operación de poco más de u$s3,3 millones.

Colorín, la fabricante de pinturas oriunda del conurbano bonaerense, con más de 70 años de historia, se encontraba atravesando una crisis financiera, con cierre temporal de plantas y despido de personal. Por este motivo, el grupo español Cromology, dueño de la firma, decidió vender la empresa.

Por su parte, Tersuave se encuentra desde el año 2015 en un proceso de expansión. En este marco, el grupo cordobés Disal, controlante de la firma, decidió concretar la compra, que comprende no sólo las 13,03 millones de acciones -correspondientes al 90% de la empresa- sino también la deuda financiera que Colorín contrajo.

Como indicó el sitio iProfesional, las deudas contraídas por Colorín corresponden a la totalidad del monto del capital de tres préstamos financieros del 23 de noviembre, 20 de diciembre y 29 de diciembre de 2017 que, en conjunto, ascendían a un total de 1.8 millones de euros. A lo que se suman los montos por Obligaciones Negociables por $ 6,3 millones más intereses por $1,9 millones.

Tersuave, con sede principal en la ciudad de Córdoba, posee cinco centros de distribución en el país, entre ellos Rosario, y cuenta con una facturación de $1000 millones anuales. Con su proceso de expansión busca mejorar su posición frente a competidores de peso como las multinacionales Alba y Sherwin Williams.