Marketing: La revolución horizontal

Entorno, mercado y competidores cambian hoy a velocidades, hasta ahora, desconocidas. Muchas empresas apenas pueden mantener el ritmo que impulsan ahora millones de consumidores que están más conectados e informados que nunca y que, no nos engañemos, son los que tienen el poder real.

Necesitamos responder de manera acertada a los movimientos que se están produciendo en la sociedad desde un punto de vista de marketing.

Según los resultados de una encuesta realizada en 2016 por Daemon Quest, Consultora de marketing española, de entre 700 directivos iberoamericanos de marketing y comunicación, más del 80 % tiene claro que los clientes buscan información de sus productos vía Internet antes de tomar una decisión de compra, pero, curiosamente, más de la mitad de los encuestados afirma que su empresa no tiene implantado un plan estratégico online, un Plan de Marketing Digital.

Cuando se consulta a los directivos de marketing si sus clientes buscan información acerca de sus productos vía Internet, responden mayoritariamente de un modo afirmativo, pero desconocen si estos son muchos o pocos.

En definitiva, los directivos de marketing no tienen definido en sus empresas un plan estratégico de marketing digital; un alto porcentaje no tiene implementado un canal de venta online propio y depende mayoritariamente de acciones generales de comunicación y marketing.

Pero, quizás, lo más destacable de todo el estudio es que los directivos coinciden casi de manera global en que sus empresas no están siendo pioneras en el desarrollo de estrategias de marketing digital y comunicación empresarial en Internet.

En este momento, se están creando muchas empresas nuevas a nivel mundial. En algunas ocasiones, formadas por un empleado y en otras, por más de uno. No importa el sector en el que operen, el producto que ofrezcan ni el país en el que residan, todas tienen posibilidad de éxito. ¿Por qué? Porque el nuevo entorno de mercado permite competir y encontrar el hueco adecuado, pero eso solo es posible si se entiende que las reglas del juego están cambiando continuamente y que la tecnología y la red permiten a cualquier empresa pequeña jugar en la misma liga que las compañías más grandes. Eso es la revolución horizontal que las nuevas tecnologías nos proponen.