Cómo retener el talento en las organizaciones

Existe una tentación en las organizaciones frente al desafío de retener a las personas valiosas: apelar únicamente a las motivaciones económicas como herramienta de retención. Los aumentos en las remuneraciones no solo pueden ser ineficaces, sino que pueden resultar contraproducentes.

En efecto, si una persona no se siente motivada a permanecer en la empresa y “anestesiamos” esa situación con más dinero, es posible que no se vaya, pero lo que ganamos es continuar contando con un colaborador desmotivado, sólo que a un costo superior. Vivirá encerrado en la llamada “jaula de oro”, que por ser dorada no deja de ser jaula.

Retener el talento no consiste en conseguir que las personas competentes no emigren, es que se queden dando lo mejor de sí; contar no solamente con su presencia física, sino con todas sus facultades y potencialidades al servicio del proyecto común. Esto se logra si los trabajadores ven colmadas, además de sus necesidades económicas, otro tipo de necesidades.

Stephen Covey habla del “Paradigma de la persona completa”. Sostiene –junto con las filosofías y religiones más tradicionales- que los seres humanos tenemos cuatro dimensiones: cuerpo, mente, corazón y espíritu, por lo tanto cuatro necesidades y motivaciones básicas: vivir (supervivencia), aprender (crecimiento y desarrollo), amar (relaciones), y dejar un legado (sentido y aportación).

Esto nos facilita el camino a la hora de encontrar medidas eficaces para retener el talento en las empresas. Obviamente que el sistema de remuneraciones debe ser justo, equitativo y acorde al mercado para que los mejores no se vayan, pero eso no basta, porque apunta a una de las dimensiones del ser humano (cuerpo). Es necesario también que las personas puedan capacitarse, aprender y desarrollar su creatividad en el trabajo (mente). No solo eso: será menester que se sientan bien tratados, en un clima de camaradería y buenas relaciones (corazón). Y por último, que puedan comprender el sentido de su aportación, el que no debe ir en contra de sus principios (espíritu).

Solo así se logrará que los colaboradores talentosos no solamente no se vayan, sino que permanezcan brindando una cooperación placentera, con compromiso genuino y excitación creativa.