Juarez ya no tendrá el monopolio de la estiba en puertos cerealeros

La Cámara de Puertos Privados Comerciales, que reúne a las terminales del complejo cerealero, alcanzó ayer un acuerdo con Cooperativa de Trabajos Portuarios de Puerto General San Martín para la apertura de la competencia en la prestación de los servicios de estiba.

El acuerdo fue rubricado por el presidente de la entidad empresaria, Luis Zubizarretta, y el líder sindical titular de la cooperativa portuaria, Herme Júarez, con el consenso del subsecretario de Puertos y Vías Navegables, Jorge Metz, quien sostiene que con la incorporación de competencia en los servicios portuarios se puede avanzar con el objetivo del gobierno nacional de reducir costos portuarios. En esa línea, durante la reunión celebrada ayer en el Ministerio de Transporte, expresó la  firme voluntad de reducir los costos portuarios a través de mercados transparentes que auto regulen sus tarifas.

Las agroexportadoras señalaron que comparten ese objetivo, ya que –sostienen- una mayor apertura a la competencia en los servicios de estiba, así como en cualquier otro, generará mejoras en las condiciones del negocio. Asimismo, la cooperativa manifestó estar dispuesta a competir, con su experiencia y tecnología, y como conclusión de la reunión de trabajo se establecieron reuniones tripartitas en el futuro para fijar una agenda tendiente a lograr puertos altamente competitivos en relación con los principales competidores de la Argentina en el mundo.

En rigor, el servicio de estibaje en norte del Gran Rosario siempre estuvo desregulado, pero con los años fue copado por la cooperativa de Juárez a fuerza de dura presión sindical sobre las empresas que buscaban otro proveedor y también por el buen servicio que ofrecía. 

Lo cierto es que la “apertura de competencia” firmada ayer tuvo un primer paso el año pasado cuando la cámara portuaria abrió un registro de oferentes interesados para ser contratados por los puertos. Los empresarios aprovecharon para hacer la movida, impensada años atrás, porque el nuevo gobierno arrancó con el objetivo de desarmar negocios concentrados y poniendo tras las rejas por corrupción a uno de los históricos líderes sindicales, como el caballo Suárez del sindicato de marineros.

Rápido de reflejos, y para descomprimir, Juárez anunció una histórica y sorpresiva baja del 30% de las tarifas (en dólares) en dos años. Un guiño que también le facilitó su arribo a otro negocio, el de los remolcadores, que es precisamente otro sector que el gobierno quiere desregular y ahí, por el contrario, Júarez viene a llevar más competencia. 

Con todo, sólo dos oferentes se acercaron a la Cámara. Uno era un ex cooperativa sin infraestructura para competirle a Juárez, que por eso le decía "el valijero", y otro sí era una empresa de las consolidadas, pero que pedía que los puertos le aseguren un cupo de servicios para animarse a desembarcar en tierras de Júarez, pedido que las terminales le negaron.

Por eso, los puertos decidieron esperar a que pase la cosecha gruesa, para evitar que cualquier conflicto afecte la salida de los granos, para retomar negociaciones. Y, precisamente, el acuerdo firmado ayer es, para los puertos, la llave para darle tranquilidad social y sindical a las empresas fuertes del sector que quieran desembarcar para competir con la cooperativa, que –vale la pena aclararlo- tiene la competitividad necesaria para –vía mercado y no por la fuerza- seguir siendo la prestadora de esos servicios más importante de la zona.