Empezó fabricando camisetas para sus amigos y ya sueña con la marca propia

Es común que los equipos de fútbol amateur compren un conjunto deportivo para distinguirse de los demás en los torneos. Esto fue justamente lo que motivó a Matías Torriggino a fabricar todo un set de camisetas y pantalones para él y sus amigos. Sin embargo, reconoció que había más personas en esa situación y que la demanda de ropa deportiva personalizada al gusto del cliente es un mercado para nada desdeñable.

Hoy, a cuatro años de aquello, es el líder de Studio 22, un emprendimiento que fabrica indumentaria deportiva personalizada para cualquier tipo de disciplina y ambos sexos. La calidad del material y de la confección es lo que permitió el crecimiento exponencial en la producción de esta pequeña empresa, que pasó de producir aproximadamente 20 camisetas por mes a 250 en el lapso de tres años; y según sus cálculos esa cifra podría llegar duplicarse para el año 2018.

La comercialización de los productos se realiza principalmente vía internet por medio de la Fan Page de Facebook que lleva el mismo nombre. Allí publican los nuevos diseños y reciben pedidos que realizan a cualquier punto del país. “Las ventas se realizan por mayor y por menor, pero para hacer un pedido de conjuntos personalizados se deben ordenar un mínimo de diez unidades”, cuenta Matías.

Más aún, este pequeño emprendedor parece no conformarse con aumentar la producción sino que también busca ampliar la variedad de productos y diseños. De ahora en adelante el foco está puesto en el lanzamiento de una marca propia, llamada S22, que espera salir al mercado en poco tiempo.

Si bien sus principales clientes siguen siendo los equipos amateur, todo indica que esta pyme que inició como un hobby puede expandirse a nuevos horizontes mediante una estrategia clave: reinventarse continuamente.