Tres circuitos cool cerca de Miami para hacer algo más que shopping

Miami se muestra como la capital que no es –la verdadera es la poco conocida Tallahassee y los megacentros comerciales rivalizan en hectáreas cuadradas de negocios, ofertas y liquidaciones vertiginosas. Sin embargo, a medida que se empieza a recorrer más de cerca Florida, empiezan a desplegarse sus (muchos) otros atractivos y curiosidades, como si fuera un video de realidad aumentada. Podrían ser muchos. Sin embargo, para muestra bastan tres botones: los Everglades, el gran Parque Nacional del sudeste del Estado; la ruta de los cayos, que lleva hasta la casa de Ernest Hemingway en Key West; y el Coral Castle, creado como homenaje a un amor imposible.

De isla en isla

En Florida se encuentra la US1 Overseas Highway, una de las rutas escénicas más famosas del mundo. La larga carretera de 250 kilómetros enlaza, mediante 22 puentes, los cayos –pequeñas islas– que se suceden en el extremo sur de la península hasta llegar a Key West, donde se encuentra el punto extremo meridional de los Estados Unidos. Allí, la distancia hasta Cuba es de apenas 144 kilómetros, menor que a Miami. Lo mejor es alquilar un auto y hacer la ruta por cuenta propia: el esta­do de la vía es impecable y, aunque pasa sobre el mar en muchos tramos, siempre es ancha y segura. También hay, regularmente, lugares autorizados donde parar a ver el paisaje y sacar fotos, además de los cayos en sí mismos. El tramo más célebre es el Puente de las Siete Millas, que se extiende sobre unos 16 kilómetros de océano. 

La casa de Ernest Hemingway en Key West

Key West es pequeña y los principales lugares están cerca, de modo que se puede partir de Duval Street –la calle de los bares y las tiendas de recuer­dos– para ir hacia Southernmost Point, donde una gran boya marca el extremo sur de los Estados Unidos: un must do del cayo. El otro lugar imperdible es el museo dedicado al habitante más ilustre del cayo, Ernest Hemingway. Casi enfrente se encuentra un antiguo faro de mediados del siglo XIX, al que se puede subir para admirar la ciudad entera. Y es un rito ineludible dirigirse a Mallory Square para asistir a la magnífica puesta de sol. ¿Otro pequeño secreto? En una esquina del centro de Key West está la primera oficina que tuvo Pan Am: fue cuando despegó el vuelo inaugural desde aquí hacia La Habana, en 1927. Desde entonces creció hasta convertirse en una de las principales aerolíneas del mundo, aunque desa­pareció en 1991. Hoy, allí funciona la minicervecería de Kelly McGillis, la actriz de Top Gun.

Una pesada herencia

“Un destino encantador en el sur de Florida”. Así lo promocionan los folletos turísticos. Y el resto queda librado a la imaginación del viajero... Para sacarse la duda, vale la pena recorrer los 50 kilómetros que separan Miami de Coral Castle. Que no es exactamente un castillo de coral, sino una suerte de jardín de esculturas al aire libre, realizado por un solo hombre –el inmigrante letón Edward Leedskalnin– entre 1923 y 1951. Es la obra cumbre de una vida, sacrificada y dura, que se vio signada por un temprano fracaso amoro­so: fue cuando Leedskalnin fue abandonado por su novia de 16 años, quien renunció a la boda un día antes de la ceremonia. Ya emigrado a los Estados Unidos, Edward dedicaría el resto de sus días a “crear un monumento al amor perdido”. Cómo lo hizo, sigue siendo un misterio: cuenta la leyenda que ese hombrecito de apenas metro y medio de estatura y 50 kilos de peso movió  gigantescas piedras de varias toneladas.