Escándalo de la carne en mal estado: los alimentos más afectados

Los alimentos más afectados por la “desidia” de los frigoríficos multinacionales de origen brasileño como BRF y JBS, que vendían productos en mal estado a los principales supermercados del país y al exterior, son aves y embutidos. Entre estos últimos se destacan salchichas y mortadela de marcas de primera línea como Sadia. Esas dos empresas son propietarias en la Argentina de grandes marcas. En el caso de JBS, es dueña de Swift y Cabaña Las Lilas. En cuanto a BRF, posee nombres emblemáticos del sector: Vienísima (salchichas), Goodmark (hamburguesas), Manty y Delicia (margarinas) y su subsidiaria Avex, productora de pollos.

El viernes se reveló la existencia de un “vasto esquema de corrupción” con sobornos que empezaban en el nivel de los fiscales sanitarios y terminaban en las altas esferas de Brasilia. Eso permitió a estos grandes frigoríficos entregar en el mercado productos vencidos y, en numerosos casos, “maquillados” químicamente para disimular la putrefacción y reenviarlos a los góndolas, con nuevas etiquetas.

En cuanto se realizaba la gigantesca operación policial “Carne Débil”, en varios estados provinciales de Brasil, el ministerio de Agricultura procedió a la inmediata clausura de tres establecimientos. Uno precisamente pertenece a BRF, cuyo presidente es el empresario Abilio Diniz. El viceministro de Agricultura de Brasil Eumar Novacki reveló que ya comenzaron a a recoger “toda la carne en mal estado” que encuentren en los tres frigoríficos que el viernes fueron clausurados. Son productores de pollos y fabricantes de salchichas y mortadela. Hay otros 21 establecimientos que están bajo sospecha de fraude en carnes bovinas, como también en las raciones para animales domésticos.

De acuerdo con las fuentes policiales que detonaron el caso “Carne Débil” las investigaciones se iniciaron hace dos años, cuando se descubrió en la red de escuelas provinciales de Paraná donde la merienda escolar contenía salchichas adulteradas. Tal alimento, entregado por los frigoríficos directamente, eran elaborados a base de soja y mandioca, pero sin proteínas animales. Para el comisario Mauricio Moscardi Grillo, que comandó el operativo, “innumerables chicos de escuelas públicas de nuestro estado consumieron alimentos en sus meriendas que contenían carnes putrefactas, que eran tratadas químicamente para sacarles el mal olor. Todo eso para atender intereses económicos de una organización delictiva poderosa”. Fue precisamente ese contrato con los colegios paranaense lo que llevó a funcionarios del ministerio de Agricultura estadual a iniciar los tests, desde 2014.

En el tiempo que transcurrió, la Policía Federal descubrió que los mismos frigoríficos entregaban también a los grandes supermercados carnes adulteradas, con plazo de validad vencido y tratadas con productos químicos (aparentemente prohibidos). En el caso de las salchichas se mezclaban también pedazos de cartón corrugado, usado para embalaje. Según el comisario Moscardi Grillo “no hubo extorsión de los fiscales sino un incentivo de parte de las empresas que, mediante coimas, los indujeron a burlar la ley. Eran esas empresas las corruptoras”