La pandemia le metió ruido al negocio y saltaron de los eventos al hogar

Con base de operaciones en San Carlos Sud, a 50 kilómetros de Santa Fe, Stanich aprovechó la pandemia para diversificarse y sumar a su mercado de tecnología para grandes espectáculos productos más aggiornados al contexto. Fue así que ahora salieron al ruedo con una nueva línea de parlantes hogareños frente a la intermitencia de los eventos masivos. 

Esta pyme familiar tiene sobrada experiencia en la fabricación de parlantes para cines, teatros y recitales, pero la crisis sanitaria obligó a redireccionar el negocio. “Antes de la pandemia veníamos pensando en sumar nuevos productos a nuestra oferta porque el mercado del audio es muy grande. Eso, sin dudas, aceleró los planes porque de repente nos quedamos sin nada. No había ventas y se rompió la cadena de pagos”, refirió a Punto biz Maximiliano Stanich, quien desde el 2010 comanda la firma junto a su hermano Gonzalo. 

En 2020 recibieron un aporte que rondó los $500.000 de parte del Ministerio de Desarrollo Productivo y tienen aprobado otro PAC (Programa de Apoyo a la Competitividad) por $1 M, que todavía no se desembolsó. “Estos fondos siempre estuvieron orientados al desarrollo de matricería de nuevos productos”, explicó. 

La planta está ubicada en la propia localidad, tiene alrededor de 900 m2 y capacidad suficiente para abastecer a toda la demanda. Entre sus principales mercados -aparte del local, donde son referentes- se encuentran Bolivia y Uruguay, y el año pasado enviaron un primer embarque a España con la idea de posicionarse en el viejo continente. 

“Exportamos principalmente a Bolivia, que es muy consumidor de equipos profesionales. Lo que acá usamos para una cancha de básquet, allá te lo llevan para un cumpleaños de 15 o a un festival popular. Hemos hecho otras exportaciones a Uruguay, donde la marca es muy conocida, y también encontramos gente en España interesada en lo que hacemos para que representen la marca allá”, confió Maximiliano. 

Maximiliano y Gonzalo arrancaron distribuyendo equipos de audio e iluminación, pero un inconveniente con un importador los llevó a pensar que ellos podían resolver la pata del abastecimiento a partir de la producción propia. La estructura de Stanich es pequeña -emplea a unas cinco personas en total- y la mayoría de los trabajos se tercerizan, por lo que lograron mantenerse a flote sin tener que reducir personal o morigerar las ventas. “Tercerizamos muchas de las cosas que usamos y generamos trabajo indirectamente”, subrayó. Y agregó sobre el futuro que se trazan: "Pensamos ampliar la oferta en este nuevo mercado al que estamos entrando".