Hermanas rosarinas crearon marca de bikinis que es furor en el mundo

Guillermina y Milagros Dabove son la cara detrás de La Bikinería, un emprendimiento de ropa y trajes de baño con sello bien rosarino que nació hace más de una década en México y logró penetrar en mercados exclusivos como Nueva York, Saint-Tropez, España y Australia. La historia arrancó con Guillermina, pero la llegada de su hermana Milagros le marcó el pulso al negocio. Ahora exportan a todo el mundo las prendas que ellas mismas diseñan y que son elaboradas artesanalmente por pequeñas comunidades del país azteca. 

Si bien a Guillermina siempre le interesó todo lo relacionado con el diseño, no fue sino hasta que desembarcó en México que entendió que a eso se quería dedicar. Trabajó como modelo, se enamoró a primera vista de Playa del Carmen y enseguida se la jugó por una palapita frente al mar para vender las bikinis que le habían entregado como parte de pago por un trabajo. “Una marca de trajes de baño de Rosario me había contratado y me pagaron con bikinis y con dinero. Me traje de Argentina una maleta llena de bikinis, armé primero un showroom en mi casa de Playa del Carmen y después probé suerte con una palapita”, confío en diálogo con Punto biz. 

Así arrancó La Bikinería. Primero con ventas de prendas de otros diseñadores hasta decantar en el proceso lógico de construir su propia marca. Con un local ya consolidado en La Quinta Avenida, la zona comercial por excelencia de Playa del Carmen, y otro en Tulum, la apuesta ahora pasa por “poner un pie fuerte en Estados Unidos” en cadenas de retail y -por qué no- abrir otro espacio en la ciudad que las vio nacer. 

Cuando Guillermina empezó a vender las primeras bikinis en México, se topó con una idiosincrasia totalmente diferente, por lo que tuvo que pensar en ampliar la oferta de modelos y talles si realmente quería colocar ventas en ese país. La llegada de Milagros le permitió darle otra impronta y dimensión al negocio y se embarcaron a producir sus propios diseños. “A los cinco años de haber empezado con La Bikinería se mudó Milagros y armamos un negocio familiar”, recordó. También sumaron a una diseñadora mexicana, Paulina, que había trabajado antes para Dolce & Gabbana en Italia y que terminó convirtiéndose en una pilar fundamental para plasmar sus ideas. 

Una de las cuestiones que la emprendedora destaca y que hacen al distintivo y a la calidad de cada prenda es que trabajan con comunidades mexicanas para la confección: “Estamos muy contentas de poder trabajar con familias y que ellos tengan un ambiente respetado. Esto es una parte esencial de nuestro proyecto porque pudimos ver cómo esas familias fueron creciendo e, incluso, llegaron a tener pequeños talleres en sus casas”. La mayoría de las telas que utilizan son italianas y el algodón es 100% mexicano, de los mejores del mundo. 

La explosión turística que tuvo Playa del Carmen en los últimos años hizo que La Bikinería pudiera instalar su marca fuera de México, esto atado más que nada al boca en boca de los turistas que cada año visitan el balneario costero. “Lo de las ventas al exterior arrancó hará unos cuatro años. Empezamos vendiendo dentro de México y pudimos traspasar las fronteras en parte también por nuestros clientes. Muchos viven en Nueva York o visitaban Saint-Tropez. Ahora también llegamos a Australia y España”, puntualizó Guillermina. Es que aparte de las entregas que se hacen por las ventas en internet, abastecen a tiendas en el exterior.