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Gestión

Por Daniel Colombo

Fin de año: 20 consejos para no llegar con la lengua afuera

Por Redacción

El fin de año está a la vuelta de la esquina. Quizás estés con ansiedad esperando que termine este año, o bien, quieres que ya comience el próximo. 
Para muchos pueden ser tiempos retadores, e incluso hay otras personas que sienten que no están anímicamente dispuestas para las festividades por distintos motivos. Sin importar cuál sea tu caso, aquí tienes algunos consejos para que el fin de año sea mejor y más relajado.

Todo parte de hacer un ajuste en tu actitud. Por más desafíos, pérdidas, dolores y situaciones complejas que vengas atravesando, la renovación del año es, además de simbólica, un tiempo para regenerar lo que quisieras lograr para lo que viene. 

La regeneración necesita de tu preparación previa, ya que es poco probable que puedas alcanzar el equilibrio y balance emocional de un día para otro, si estás a las corridas a toda prisa diariamente para cumplir con absolutamente todos los compromisos.

La falacia del “ningún pendiente” es posiblemente una de las más recurrentes en el mundo personal y, sobre todo, profesional. Es una falacia porque siempre habrá algo más que hacer, un detalle por cuidar o tareas para completar o programar. ¡Tomalo con calma!

Cómo autorregular la demanda propia de fin de año

Por eso, para evitar llegar con la lengua afuera a fin de año, propongo estos 20 consejos prácticos que puedes practicar desde ahora mismo. Cuánto antes lo hagas, mejor vas a llegar al cambio del calendario:

1. Aprende a priorizar lo importante versus lo urgente.
Trabaja con listas y determina en orden las tareas que son realmente estratégicas en tu actividad; delega las que puedas, y elimina las que no son relevantes.

2. Di que NO.
Para muchas personas, el reto consiste en aprender a poner límites. Practícalo asertivamente, por ejemplo, proponiendo alternativas ante cada situación que sabes que no serás capaz de cumplir en tiempo, forma y calidad.

3. Deja de querer complacer a todas las personas.
Elimina todos los “tengo que” y los “debería”, y cámbialos por “Quiero” y “Elijo”. El apego a la aprobación de los demás es extenuante cuando se trata de lograr productividad y agilidad. Para cumplir con los objetivos, actúa de la mejor forma posible según tus criterios de excelencia, sin esperar el reconocimiento externo. Si llega, será bienvenido; de lo contrario, te auto reconoces por tus logros, y sigues adelante. 

4. Organiza las actividades tomándote breaks.
Aumentarás tu rendimiento pautando tus descansos dentro de la jornada laboral. Te recomiendo que los incorpores dentro de tu agenda; y que no coloques reuniones seguidas sin breaks de por medio: aumentarás tu capacidad de enfoque y atención.

5. No postergues proyectos personales.
Un problema frecuente en esta época crucial de fin de año es que se dejan de lado los momentos de plena satisfacción personal: un hobby, un curso, deportes y los amigos. Todo por entrar en esa carrera frenética. Es exactamente al revés; mantenlos y observarás cómo tu capacidad de energía será cada vez mayor, porque tendrás un mejor balance personal y de compromisos.

6. Programa tu agenda con tiempo.
No dejes para último momento las acciones que puedes ejecutar anticipadamente. La compra de obsequios, las listas, los preparativos en el trabajo, puedes programarlos con dos meses de antelación: evitarás la sobrecarga propia de cada diciembre.

7. Reemplaza reuniones innecesarias por otras vías posibles: un e-mail, delegar, recibir un informe.
Se trata de aumentar la efectividad personal y profesional. Propón a tus colegas eliminar todo lo que no sea absolutamente necesario. En Iberoamérica se pierde el 40% del tiempo en reuniones improductivas virtuales o presenciales. ¿Estás dentro de ese porcentaje? 

8. Negociar qué harás y qué no.
Frente a situaciones de alta demanda, haz listas de prioridades y conviene con la otra parte qué compromisos podrás cumplir, y que no. Busca que estos acuerdos queden por escrito para todas las personas involucradas. Haz seguimiento del cumplimiento de lo que sí has asumido. 

9. Evita sobrecargar tu agenda de compromisos sociales: sólo los que quieras hacer de verdad. 
Las fiestas, despedidas y reuniones inundan tu agenda: determina sabiamente a cuáles asistirás y a qué dirás que no. 

10. Mantén la serenidad y calma al decidir 
La alteración del ritmo de fin de año produce desvíos en el foco y atención, y esto altera el campo emocional. Busca mantener un centramiento permanente; evita las decisiones automáticas en caso de no tener seguridad de poder cumplir, y tómate tiempo para dar respuestas a temas cruciales: esas horas te permitirán reflexionar y definir asuntos de una mejor forma que si lo hicieras precipitadamente “para sacarte cosas de encima”.

11. Cuida tu energía para llegar mejor a fin de año.
La alteración emocional es propia y ajena, por eso cuídate de los entornos tóxicos, negativos y con falta de proactividad. Necesitas recargar las pilas, no que te las agoten cuando permiten que te contaminen con sus problemas, quejas y chismes: no entres en ese juego.

12. Haz un ejercicio de gratitud cada día: valora lo que ya tienes.
Empieza y cierra cada día cerrando los ojos durante un minuto, y expresa en voz alta o en silencio los aspectos positivos del día, dando las gracias. Incluso puedes agradecer los desafíos que se presentaron, y afirmar la confianza de que tienes los recursos internos necesarios para superarlos. 

13. Haz tu plan de metas posibles, medibles, creíbles, tangibles y a corto y mediano plazo. Sin perder de vista el “gran sueño” que tienes.
Por más que haya escenarios de incertidumbre, es posible establecer metas y objetivos que puedan inspirarte a seguir adelante. Te ayudará rodearte de personas empoderadas y entusiasmadas con sus propias metas. Es una energía que se contagia positivamente para acompañarse de distintas maneras para lograrlo. 

14. Prepárate para los imprevistos: trabaja en tu actitud. 
Siempre habrá desvíos y los “recalculando” del GPS de este tiempo cambiante. Prepárate para ajustar el rumbo cada vez que sea necesario sin calificar todo como negativo o como problemas. Cada vez que dices la palabra “problema”, el cerebro se pone más perezoso. Háblale de soluciones, y verás cómo aparecen otras posibilidades.

15. Acuerda con tu familia y amigos a qué actividades concurrirá, y a cuáles no lo harás. No hace falta ser desagradables para decir No.
Los compromisos familiares son símbolo de fiesta y alegría para muchas personas, y todo lo contrario para otras. Si no quieres tener celebraciones incómodas, es tiempo de asumirlo, plantearlo y negociar de la mejor forma posible. No hace falta pasarlo mal. 

16. Haz algún deporte, caminatas, yoga, meditación. Toma mucha agua. 
La actividad física y en contacto con la naturaleza, así como los momentos de reflexión, son indispensables para la reconexión interna. Hazlos importantes: más vale tomar cinco minutos diarios, que no hacerlo. Y, además, bebe al menos dos litros de agua por día para mantener la hidratación efectiva de tu organismo. 

17. Mejora tu comunicación en tiempos de emociones crispadas. 
En la velocidad de fin de año las comunicaciones pueden verse afectadas por la falta de precisión y claridad. Detecta cómo lo haces, y asegúrate de que el proceso sea siempre completo: la comunicación finaliza cuando te has asegurado de que todas las personas comprendieron el mensaje, y viceversa. No des nada por sentado ni por supuesto. 

18. Mantén silencio si no tienes nada relevante que aportar. 
Practica el escuchar en silencio el ochenta por ciento del tiempo; habla lo justo y necesario el veinte por ciento. Si mantienes esta regla, observarás cómo mejora la calidad de tu comunicación.

19. Trabaja tu inteligencia emocional: la conexión contigo.
Este aspecto es sumamente relevante para el equilibrio interno. Comienza auto observándote emocionalmente; regula lo que sientes; y establece la mejor forma de relacionarte con tu entorno. Dedica tiempo a la observación interna, que es clave para evitar la reactividad en automático, con tal de quitarte asuntos de encima. 

20. Descansa lo suficiente y busca dormir bien cada día.
Desconéctate del celular, tabletas y computadora, televisión y demás aparatos electrónicos por lo menos una hora antes de dormir. Programa tu tiempo de descanso lo más adecuadamente posible. Esta es una buena forma de ayudar al cerebro a que haga la “poda neuronal” que limpia el jardín de tus sistemas operativos del cuerpo físico y mental cada día, para que te levantes con energía renovada, nuevas ideas y respuestas que quizás quedaron dando vueltas del día anterior. Si te desvelas con asuntos, ten siempre una libreta y lápiz a mano y bájalas de inmediato por escrito: así podrás retomar el sueño más rápidamente.

Con estos consejos lograrás llegar a fin de año con menos agotamiento, mayor enfoque y concentración en lo esencial, y fluyendo más suavemente en la transición entre el tiempo que se va, y el que llega. Sin forzar y a un ritmo igualmente productivo, aunque sin consecuencias nocivas de ansiedad, angustia, miedos y estrés.  

(*) Daniel Colombo: Facilitador y Máster Coach Ejecutivo especializado en alta gerencia, profesionales y equipos; mentor y comunicador profesional; conferencista internacional; autor de 31 libros. LinkedIn Top Voice América Latina. Certificado por ICF; Coach certificado y Miembro de John Maxwell Team. 

 

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