Es venezolana, tuvo que cerrar su local en pandemia pero volvió recargada

Mil Donas arrancó en 2019 luego de que Milangel Ruiz probara suerte primero vendiendo donas en la calle en Buenos Aires y después en Rosario en diferentes ferias de emprendedores. Hoy tiene dos locales bien plantados y aunque la pandemia forzó el cierre a medias de uno, ahora vuelve renovada y con la expectativa de hacer crecer el negocio de la mano de nuevos sabores y apostando por el formato cafetería. En un plan más ambicioso, la idea es franquiciar y llevar la marca a diferentes puntos del país. 

La primera sucursal abrió en Zeballos 4007, y fue la que se mantuvo trabajando durante toda la pandemia. Distinta suerte corrió el local que tiene en la Galería del Sol (San Martín 843), que sufrió la intermitencia de los paseos cerrados. Sin embargo, decidió aguantar y seguir pagando el alquiler con la esperanza de una reapertura. Aunque dice que el incentivo más grande fue el pedido de muchos de sus clientes para que el Mil Donas del centro no bajara las persianas. 

Si todo va bien y terminan con la cartelería a tiempo, esta semana volverían al ruedo, incluso con una oferta más variada. A su producto estrella, las donas, sumarán churros y la posibilidad de tomar un café en el local, una migración que vino de la mano del contexto y que claramente obligó a repensar el negocio. “Antes eran donas al paso y ahora lo vamos a ampliar a Mil Donas Coffee, que sería como una cafetería pero siempre enfocados en las donas”, contó Milangel a Punto biz. 

Milanagel es venezolana y nunca imaginó montar un emprendimiento de estas características por falta de capital. Quería trabajar para poder traer a sus hijos a la Argentina y de a poco fue poniéndole empeño para pasar de las ferias al local propio. El desafío fue muy grande porque es un proyecto familiar y llegan a hacer hasta 500 donas por día. “Fue muy complicado tomar cualquier decisión, ya sea cerrar o seguir apostando por este país porque nosotros no somos de aquí y nos ha costado mucho”, refirió la emprendedora. 

Las donas son 100% artesanales y todos colaboran para cumplir con los pedidos, desde su marido hasta su mamá. También venden al por mayor y han recibido llamados de Córdoba y Mar del Plata para llevar Mil Donas a esas ciudades. “Nos han llamado de un montón de lugares porque quieren montar un Mil Donas, quieren franquicias. Esto va a ser pronto, no en este mes, pero sí lo vamos a hacer porque nos han preguntado mucho y hay personas que han venido a ofrecernos para franquiciar”, confió. 

La dona que tiene más demanda es la rellena de Nutella. “Es una cosa impresionante. Llegan a pedirnos hasta cuatro docenas”, dijo Milangel. Después le sigue la de crema pastelera. Y de acuerdo a la estación del año, van agregando distintos sabores porque saben que es lo que busca el cliente. Otro distintivo de la marca aparte del carácter artesanal y de la calidad del producto es que rellenan la dona clásica cuando en general todos hacen bombitas rellenas. Y ahora como la demanda es mucha, incorporaron más personal para poder cumplir con todos los pedidos.