Cómo es la "eco-casa" con sello italiano que se levantó en Funes

El complejo Sol de Funes alberga la primera casa levantada con ladrillos de plástico reciclado que lleva el sello de una empresa italiana. Se trata de una solución sustentable para edificar rápido y sencillo. Si bien hay construcciones de características similares, Presanella -la firma en cuestión- patentó el sistema y transformó al Jardín de la Provincia en una pionera en la utilización de su tecnología.

“Demandó alrededor de 15 días montar las paredes, aunque no podemos prescindir de la construcción tradicional para, por ejemplo, lo que es revoque o cielorraso, por eso los plazos se extienden un poco más”, confió a Punto biz, Marcelo Capriotti, el proyectista a cargo. La estructura portante está compuesta por vigas de hierro y el plástico reciclado se usa en los mampuestos (una especie de ladrillo hueco), que después se ensamblan para construir las paredes internas y externas. Los bloques vienen desarmados y se van apilando como si fueran ladrillos para llenarlos con una mezcla de cemento, agua y poliestireno aditivado.

La “eco-casa” se concretó tras un acuerdo entre Presanella y la desarrolladora del complejo, que comanda el empresario Néstor Rozin. Este lunes quedó oficialmente inaugurada con la visita de una comitiva diplomática, a la que se sumó el intendente Roly Santacroce y personal técnico.

Es una vivienda tradicional de 120 m2, con dos dormitorios, una cochera extendida de casi ocho metros, techo plano para hacer una terraza y parrillero. Según explicó Capriotti, parte de la estructura metálica quedó a la vista como un detalle de terminación. La idea es que si vas al hotel -que forma parte del emprendimiento-, puedas elegir esta opción para hospedarte cuando se trate de un grupo numeroso. “Es que todas las casas linderas forman parte del hotel como si fuera una unidad”, sostuvo. Aunque todavía no está operativo y tampoco hay fecha para el fin de obra, se entusiasman con que pueda levantarse otra propiedad similar aunque más pequeña. 

La presencia del plástico en la estructura no genera ningún efecto en el resultado final ni en la estética de la casa, ya que las paredes están revocadas y tiene un acabado similar al de cualquier otra vivienda. En la construcción Capriotti destacó, además, el ahorro de tiempo y de recursos humanos y económicos: “No sólo resulta más barato levantarla, sino que el cemento ligero que se utiliza aumenta el aislamiento térmico y acústico del edificio, lo que ayuda a reducir el gasto de energía”.

Sol de Funes está emplazado sobre la autopista Rosario-Córdoba, a la altura del kilómetro 307.5, y ocupa un terreno de unas cuatro hectáreas lindero al Club de Campo Kentucky. Cuando se lanzó el desarrollo, Rozin decía: “Es una inversión atractiva tanto para un perfil de público de la tercera edad como parejas jóvenes, y hasta para jugadores o técnicos de fútbol que sólo viven algunas semanas al año en la ciudad y el resto del tiempo destinan la unidad para alquiler”.