Empezaron por hobby y después le dieron vuelo al comercio familiar

Dicen que siempre les gustó el deporte. Y que su papá los escuchó y acompañó. Y que eso les facilitó el ingreso a la empresa. Fue a finales de los ‘90. En ese momento, Nelson Graells tenía varios locales de Sport 78. Pero a sus hijos, Ramiro (38) y Lucas (39), los seducía más andar en skate, bici o rollers. Todo un estilo de vida que se tradujo para 1999 en el desembarco de Fluid en la esquina de Córdoba y Paraguay. Una especie de bautismo de fuego en el negocio familiar.

También dicen que no tienen un cargo específico y que trabajan codo a codo junto a los referentes de cada sector. Y que los dos empujan para seguir creciendo. Pero no siempre fue así. El clic les llegó entrada la adolescencia, ya con intereses y miradas comunes.

Abrieron en Buenos Aires un local de Dionysos, apostaron por el comercio electrónico y en el medio debieron sortear varias crisis económicas, incluida una pandemia. Aunque aferrados al proverbio chino de que “toda crisis es una oportunidad”, le encontraron la vuelta para seguir de pie. En el 2001, siendo muy jóvenes y poco curtidos, salieron a flote con una feria del deporte en el actual Mercado del Patio y pudieron alquilar el local más importante que tiene la firma sobre calle Córdoba al 1100. Veinte años después, miran el panorama con cierto optimismo robusteciendo el canal de venta online.

En Digital Sport –un shopping virtual, así lo consideran– confluye su varieté de marcas: Sport 78, Fluid, Blast, Dionysos y también el Outlet. Y los mueve la curiosidad. Sentir que aportan a cada paso del recorrido. Hicieron cursos de diseño gráfico, marketing, análisis de datos y clínica de productos. “El mundo del negocio es vertiginoso y cambiante, y siempre tenemos que estar informados”, señalan. Y lo refuerzan con la experiencia particular de Dionysos.

Fue una cosa de hermanos, pero que se discutió en familia. Nike y Adidas tenían productos que no podían ingresar al país por una cuestión de segmentación especial y necesitaban un local específico para poder comercializarlos. Se les ofreció el proyecto, no dudaron y hoy tienen presencia en Rosario y, desde 2019, también en Capital Federal.

Son agradecidos por el rubro en el que se desenvuelven y se animan a contar anécdotas con Maradona y Messi, quizá uno de los más grandes tesoros que hayan podido guardar todos estos años.

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