En Correa es donde tienen la más larga

Única en su tipo, en Correa fabrican la cinta transportadora móvil más grande del mercado, de hasta 18 metros de largo y capacidad para mover hasta 300 toneladas de fertilizante, pero que puede adaptarse a distintos usos en el campo.

El producto es hijo de un metalúrgico local que se declara “fanático de la innovación” como estrategia para contar hoy con un portfolio de productos bien diverso, que le permite mantener ventas pese al parate en el rubro agromáquinas.

“La cinta la preparamos por orden de un cliente cordobés. El encargue nos permitió desarrollar la planimetría de un dispositivo inédito en el mercado. Nunca nadie hizo una cinta transportadora tan grande”, le dijo a punto biz Ricardo Luraschi al frente de Metalurgica El Gringo, sobre las bondades de La Bestia, como denominó al “chiche nuevo” de la empresa que adaptada al uso uso portuario es capaz de salir con hasta casi 20 metros de extensión.

El flamante dispositivo, presentado en sociedad en la última edición de Agroactiva, puede cumplir diferentes funciones en el campo. “Desde mover pastura, huano, cáscara de arroz, maní, fertilizante granulado y tantas cosas más que un chimango común y corriente realiza con más lentitud, descontando que es más difícil de trasladar por su peso y que además suele romper el grano”, explicó Luraschi. Para el movimiento de fertilizantes además, un sinfín no sirve: “Se trata de un producto abrasivo que termina trabando el movimiento del chimango por lo que la cinta transportadora termina siendo más ventajosa”.

Pero la novedad es en realidad una de tantas innovaciones que ha puesto en el mercado Luraschi y hoy le permiten contar con un buen margen de ventas a pesar de que la coyuntura afecta el negocio de los implementos agrícolas. “Desde parrillas y hornos para el sector gastronómico, hasta lo más habitual: silos, carros, sinfines y cintas, mi objetivo es el de abarcar un abanico amplio de mercados. Si hasta he diseñado máquinas especiales aprovechando algunas oleadas”, repasó el industrial. Algunos de sus inventos fueron: la clasificadora de humus de lombriz, que se vendió como pan caliente durante el auge de la crianza de la especie californiana; o la seleccionadora de chauchas de algarrobo, entre otras.

“Si bien el sector metalúrgico asociado al campo está sufriendo un parate, yo me mantengo con un catálogo amplio. Esa es la clave”, se sinceró Luraschi. En Correa regentea un negocio familiar en un predio de 1.600 m2 donde opera la planta.