Cómo se paran compra y venta a la espera del impuesto a autos

Ayer fue el Día D para las concesionarias porque venció el decreto que fijaba el impuesto interno a los autos y se esperaba una actualización que aun no termina de llegar. Como el impuesto interno a los autos se convirtió en un virtual regulador de precios de los vehículos de gama media hacia arriba, la proximidad de una modificación de la alícuota del orden de hasta un 20% marcó el comportamiento del mercado durante los últimos días.

¿Qué es lo que pasó? El público aceleró compras, y eso se reflejó en una suba de las ventas en el mercado doméstico que no se registraba desde hace muchos meses, mientras que del otro lado del mostrador apareció cierta reticencia de los concesionario a la hora de vender, el famoso “encanutamiento” que acuñó la presidenta Cristina de Kirchner.

De acuerdo al decreto que tuvo vigencia los últimos seis meses, los vehículos con un precio de venta al público que arrancara en $278.000, se verían afectados por el primer escalón del impuesto del 30%, mientras que los más caros de $350 mil pagarían 50% extra.

Las estadísticas de Acara marcan que en junio subieron las ventas hasta alcanzar las 52.000 unidades comercializadas, por encima de las 51.540 registradas en el mismo período de 2014. En mayo se había verificado un retroceso de 16%. Fuentes del sector aclararon que no sólo incidió el tema de aprovechar el impuesto desactualizado, sino que las mayores compras también se explican por el cierre de paritarias que esta vez estuvieron por encima de la inflación.

Del otro lado del mostrador, que tiene como actores a terminales y concesionarias, se observó faltantes de la oferta. Algunos de los que más salían como el Volkswagen Golf y el Vento directamente desaparecieron, mientras que en otros se fijaron fechas de entrega (y pago) posteriores al 30 de junio.

Esta decisión tenía su lógica en esperar la actualización de la normativa para no perder más rentabilidad, que de hecho ya estaban resignando al fijar -en muchos casos- precios finales por debajo de los $278 mil, para que los coches no queden alcanzados por el impuesto y por ende fuera de juego desde el punto de vista comercial. Algunas marcas como Ford y Honda suspendieron el lanzamiento de dos nuevos vehículos a la espera de la modificación.

Sin novedades en el boletín oficial, hasta ahora rige una primera escala de 30% de impuesto interno para unidades que cuesten hasta $170.000 a concesionarios, que para el público sube a $240.000. En el segundo segmento, que es la escala del 50%, el impuesto aplica desde los $210.000 para el valor de venta a concesionarios y de $350.000 al público.

El Ministerio de Industria ya tiene los cálculos hechos en toda la gama de autos alcanzados por el gravamen, y la actualización seguirá dejando afuera a vehículos de gama baja y media baja, para no estancar al mercado. La nueva normativa está hoy en manos de la Secretaría Legal y Técnica de la Nación, pero tendrá efecto retroactivo al 1º de julio.