El Concejo puso en el horno a conocido empresario local

El trámite para el desembarco de la cadena Hard Rock Café en Rosario sigue dando vueltas por el Concejo de Rosario, que debe dar el visto bueno para la radicación. Lo que hasta ahora parecía como una cuestión arquitectónica y/o urbanística en cuanto a las características que debía tener el edificio a construirse en la estratégica esquina de bulevar Oroño y Rivadavia, se convirtió ahora en un debate en torno al origen de los fondos para llevar adelante el emprendimiento.

El punto de partida fue una denuncia promovida por la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac), a cargo del fiscal Carlos Gonella, a raíz de supuestas operaciones de lavado de dinero por parte de Hope Funds, el fondo que controla la franquicia de la cadena en la Argentina. El concejal Héctor Cavallero fue quien agitó esa denuncia, que está radicada ante un juzgado de San Isidro, y a partir de allí la conversación cambió de color. Los concejales de la comisión de Planeamiento del Concejo se trancaron, y pidieron informes al Departamento Ejecutivo antes de seguir adelante con las autorizaciones edilicias, que ya estaban prácticamente acordadas.

El propio Gonella advirtió en declaraciones a radio LT8 que era la Municipalidad quien debía decidir respecto de la radicación, porque no había nada escrito al respecto. En efecto, nadie puede ser declarado culpable sin que medie una sentencia en firme, y eso está muy lejos de pasar en la causa que motorizó la Procelac, en la que hasta hoy ni siquiera existen procesados.

Pero más allá de este punto existe un segundo interrogante: ¿quién integra el grupo inversor en el desembarco de Hard Rock en Rosario? En el negocio de las franquicias dos partes sellan un contrato. Por lo general el dueño de la franquicia aporta la marca y el know how sobre cómo operar, y es el franquiciado quien aporta el capital para desarrollar el emprendimiento. Así ha ocurrido con el desembarco de cadenas hoteleras y marcas importantes que se radicaron en la región durante los últimos 20 años, período durante el cual se afirmó el fenómeno de las franquicias.

El desembarco de Hard Rock en Rosario se llevó adelante en medio de una extrema cautela y bajo perfil por parte de los inversionistas locales, pero es un secreto a voces que es el empresario Federico Boglione, titular de la compañía Láctea La Sibila - entre otros tantos emprendimientos - quien se encuentra al frente del emprendimiento. Fué él mismo quien presentó hace ya casi dos años la iniciativa ante la intendenta Mónica Fein y quien piloteó la estrategia ante la Municipalidad de Rosario para conseguir los avales del caso. El punto de partida fue la propiedad del viejo edificio (ahora ya sólo un terreno) sobre el bulevar, propiedad de la madre del hombre de negocios.

El extremo bajo perfil que cultiva Boglione en este caso le jugó una mala pasada al empresario, cuando los logros familiares en el mundo de los negocios son por demás de conocidos en la comunidad de negocios local. Los propios concejales que propician la investigación sobre el origen de los fondos se ponen incómodos cuando se les pregunta si sospechan sobre el origen de los fondos de una familia que tiene larga trayectoria en la economía regional.