Un camino de celebración

Si la intención es hacer menos kilómetros todavía, hay localidades en Santa Fe y las provincias cercanas que preparan buenos carnavales donde es posible mezclarse con los vecinos, alternativa que puede ser un buen plan. En territorio cordobés, la localidad de Arias a media hora de Venado Tuerto sobre la ruta 8 y a 2 horas de Rosario, organiza festejos desde hace décadas, con la participación social como impronta máxima.

Es que los ciudadanos se organizan para confeccionar los trajes y hasta se logró un convenio con la Universidad Nacional de Río Cuarto para capacitar a la gente para el diseño de esculturas, práctica que se plasma a la hora de construir las carrozas que desfilan en un corsódromo exclusivo. El cuarteto como ritmo protagónico invade todos los rincones del pueblo, que tiene campings y algunos hospedajes para el visitante.

Los carnavales de Lincoln encabezan el ránking de los espectáculos bonaerenses. A 260 kilómetros de Rosario, la ciudad promueve una fiesta “artesanal”. Es que el enclave es capital del carnaval tradicional, que se inició en 1928, cuando el profesor Enrique Urcola, formado como escenógrafo en el Colón incorporó métodos de teatro taller modelando figuras con la superposición de piezas de cola de papel. La atracción, uniéndose a los shows de rock, pop y folclore con artistas de relevancia nacional, son las escuelas de samba, los paseos, las batucadas, los cuerpos de porristas bailando y las reinas.

Puertas adentro de “la bota”, son varios los pueblos y ciudades que se mueven al ritmo del carnaval todos los veranos, aunque el grueso de las actividades se aglutinan en el primero y el segundo mes de cada año. En Sunchales, a 250 kilómetros de Rosario por la ruta 34, los carnavales son cita obligada de quienes viven en el departamento Castellanos. Combina los festejos que incluyen a cinco comparsas, con su carácter de ser una de las postas de la Ruta de Leche.