Fundación OSDE inaugura su última muestra de arte del año

La Fundación OSDE tiene el honor de inaugurar el martes 23 de septiembre a las 19.30 hs, la muestra “La línea de Grela. Dibujos, maderas y collages a cien años de su nacimiento”, en el Espacio de Arte de la Fundación OSDE.

En una de sus numerosas intervenciones teóricas, Juan Grela (Tucumán 1914 – Rosario 1992) sostuvo que la línea era el más abstracto de los medios formales: una estricta creación humana, inexistente en la naturaleza, que constituía una de las bases del lenguaje de las artes visuales. Así mismo, de todos los elementos de ese lenguaje, la línea era el que acompañó toda su trayectoria como creador y el que, a partir del trazo continuo, le permitió hacer las formas cerradas y precisas que caracterizaron su vasta producción: desde los dibujos realistas iniciales hasta las complejas estructuras abstractas de los últimos tiempos. 

En su extenso recorrido, Grela desplegó diversas propuestas plásticas que articuló no sólo con los movimientos del arte moderno y sus concepciones estéticas sino con ideas vinculadas, de un modo u otro, con el mundo social y los desafíos de cada momento histórico. Se trata de grandes segmentos en los que variables tales como la realidad, la geometría y la imaginación se articulan de diferentes maneras y, también, con diferentes grados de dominancia. Así, a partir de variadas técnicas asociadas al dibujo, de papeles pegados y organizados sobre el plano a través del recurso del collage, de maderas talladas, ensambladas o combinadas en construcciones tridimensionales, el artista desplegó originales conjuntos de obras. En los años cuarenta, representaciones de la dura existencia en las periferias urbanas; en los cincuenta y sesenta, un friso de la vida litoraleña como una parte de América; en los setenta, visiones de una nueva naturaleza que trasciende la conocida organización por reinos; y en los ochenta y parte de los noventa, insólitas composiciones donde recupera, eclécticamente, fragmentos de su propio itinerario. En estos casos y en un orden correlativo, el realismo asimilado en las lecciones de Antonio Berni, el constructivismo incorporado a través de los escritos teóricos de Joaquín Torres García, los procedimientos automáticos y la fascinación por el sueño del surrealismo, se suceden en un recorrido siempre asociado a un profundo y renovado sentido utópico. Esto es, el advenimiento de un nuevo hombre y una nueva sociedad, un orden geométrico capaz de garantizar el equilibrio, una naturaleza fantástica donde los seres y las cosas coexisten hermanados y finalmente, como último legado tanto para la vida como para el arte, una concepción de la libertad no individualista