La Bolsa empieza a definir qué tipo de banco corporativo quiere fundar

“Es como si estabas armando un equipo de fútbol competitivo para jugar en una liga regional y de pronto vienen Messi y Neymar y quieren jugar en tu equipo y encima te quieren llevar al Camp Nou. Es por eso que ahora tenemos que definir qué partido vamos a jugar”. A esa metáfora futbolera recurre un directivo de la Bolsa de Comercio de Rosario para explicar en qué estado está el proyecto de la entidad bursátil de fundar un banco corporativo propio que fue anunciado a fin del año pasado. En efecto, la Bolsa empezará ahora a definir certeramente el tipo de banco que van a fundar.

El armado del banco de la Bolsa tiene dos vertientes fundacionales. Una es la de agentes del mercado de valores que tenían como objetivo seguir la línea iniciada con la creación de Rosario Fiduciaria en el sentido de armar un banco propio que otorgue productos y soluciones financieras para los operadores de los distintos mercados de la Bolsa, sus clientes y las empresas vinculadas al negocio. La otra vertiente es la que traía bajo el brazo el propio Alberto Padoán, presidente de la Bolsa, quien desde hace tiempo sostenía que faltaba financiamiento bancario accesible a las industrias regionales. Los caminos de ambas se juntaron cuando Padóan llegó a la presidencia de la Bolsa y fue su particular empuje el que logró superar la resistencia propia que hay en las entidades tradicionales para dar saltos disruptivos.

En un principio, según lo dijo el propio Padóan, la idea fue desarrollar una suerte de banco de fomento de segundo piso, al estilo Bice. Y si bien se trataba de un tamaño y fuerza obviamente más chico, lo diferenciaba que el poder de decisión estaba en el interior. Fue así que en un primer sondeo consiguió el compromiso de aporte de capital de 4 de las principales industrias de Santa Fe que están en manos de empresarios santafesinos. Aprovechando la aceitada llegada que tiene ahora la Bolsa con lo más alto del poder político nacional, le presentaron el proyecto al presidente de Banco Central, Federico Sturzenegger, quien les dio el visto bueno, pero les encomendó que al menos el 25% del capital y el management lo tenga un banco con experiencia.

Fue ahí cuando el proyecto empezó a crecer en dimensiones. Es que el Rabobank, la corporación cooperativa multinacional que en este país financia las inversiones aceiteras y  portuarias de a las principales empresas exportadoras de granos, le interesó el proyecto.  ¿Qué busca ese banco? Llegar de manera directa a los productores agropecuarios, algo que en el país no lo hace.

Pero el proyecto de la Bolsa no sólo interesó al Rabobank. También hay dos gigantes cerealeros multinacionales que enviaron el mensaje de que están interesados en escuchar el proyecto de la Bolsa.  Y uno de ellos es nada más ni nada menos que Cofco, el trader chino que acaba de comprar Noble y Nidera, convirtiéndose así en un top five de la exportación cerealera mundial.  

El interés de estos peso pesado llevó a que el proyecto de la Bolsa empiece a escalar en posibilidades. Es por eso que ahora, a casi seis meses de lanzado el proyecto, la entidad empieza a definir concretamente qué tipo de banco quiere y ve factible crear, para después sí comenzar en la etapa bien técnica de darle forma final a la iniciativa.