Plato único: cómo adelgazar sin sacrificios

Después de años de reinado de dietas restrictivas, con alimentos prohibidos y permitidos, con tablas de calorías para cada plato o esquemas de alimentación demasiado rígidos, los nutricionistas comenzaron a proponer desde hace un tiempo métodos más flexibles, adaptables a los gustos y a las costumbres familiares, más fáciles sostener en el tiempo.

El “sistema del plato único”, una versión que comenzó en España y que acá comienza a difundirse, tiene todos estos condimentos.

La base de esta propuesta es que el éxito inicial en la alimentación no es sacar, restringir, contar ni controlar, sino que tiene que ver con el enfoque positivo y con centrarnos en todo lo que sí nos conviene incorporar para lograr ese bienestar deseado.

Así, siguiendo un patrón estándar saludable de alimentación, la persona logrará adelgazar y modelar el cuerpo, nivelar el organismo y prevenir o sanar enfermedades.

El punto fundamental es comer de todo, pero respetando las proporciones recomendadas y en la medida de un plato playo. Para esto es importante saber cómo preparar un plato:

- Una mitad de ensalada de vegetales crudos. Como adicionales, también se pueden agregar palta, aceitunas negras bien lavadas, frutos secos activados, salsa de soja fermentada (no la comercial), aceites de primera prensión en frío, sal marina o sal rosa y jugos de cítricos como el limón. Otra opción es agregar frutas. Algunas combinaciones posibles: kiwi o manzana con distintos tipos de lechugas.

- La mitad restante quedará reservada para los alimentos cocidos, que servirán como “acompañamiento” de la nutrición vital. Están permitidos en este segmento todos aquellos alimentos que sean de gusto o costumbre.

- También se recomienda beber agua, en función de las necesidades personales y no, en forma compulsiva. Las bebidas artificiales, aunque sean light, definitivamente no son convenientes.

- Como postre, elegir una fruta (de estación o la que más te guste).

- Para el desayuno, panes integrales y galletas de arroz (dos unidades de cada uno) untados con una mermelada sin azúcar, queso blanco o vegetal; un vaso de jugo cítrico; las frutas frescas o secas (en este caso, un puñado); las infusiones o café con leche descremada; permitirán hacer las combinaciones "a medida".

El sistema resulta beneficioso porque además de limitar fácilmente las cantidades, la ingesta de una mayor cantidad de vegetales crudos le brinda al organismo mayor cantidad de enzimas digestivas, que están presentes en este tipo de alimentos y que hacen que benefician la digestión y metabolización del resto de las comidas. Un ejemplo: el almidón combinado con una ensalada engorda mucho menos que si se lo ingiere solo. La idea es quitarle presión al objetivo de bajar de peso y adoptar hábitos saludables que perduren en el tiempo.