Claves para planificar tu viaje a Nueva York

La ciudad que nunca duerme es un destino único en el mundo, que combina la vorágine de una de las metrópolis más grandes del planeta con innumerables rincones y pequeños lugares llenos de encanto.

Según el blog ​miviajeanuevayork.com, para quien viaja por primera vez, la ciudad puede resultar un poco abrumadora con todas sus luces y avenidas. Por eso es bueno planear de antemano no sólo el itinerario sino también el presupuesto: en qué se planea ahorrar y en qué se está dispuesto a derrochar para pasarla bien en el viaje. Nueva York no es un lugar económico, por lo que conviene ahorrar antes del viaje y no ya en el destino. A la hora de recortar gastos, es preferible ahorrar en el vuelo que en el alojamiento o en la vida de la ciudad. Es mejor hacer una escala más pero luego estar cómodo al llegar y poder disfrutar de esos días a pleno, que es lo más importante.

Otro aspecto importante es el seguro médico, un elemento decisivo al momento de viajar a los Estados Unidos. Conviene asegurarse que sea de pago directo, en práctica, que no se deba pagar nada.

Si se cuenta con tiempo suficiente, un consejo es sumar alguna excursión fuera de la ciudad, por ejemplo a Washington, Boston o incluso, por qué no, a Quebec. Algunas de ellas se pueden hacer en un día y permitirán conocer mejor el país.

El clima neoyorquino es muy variado a lo largo del año, por lo que hay que chequear el momento más apropiado para ir de acuerdo a la comodidad de cada uno. Quienes sufren el frío, deberán evitar los meses de enero, febrero y marzo, mientras que para los que detestan el calor, el mes de julio está desaconsejado. Además, hay que tener en cuenta que el cambio térmico es muy alto, por lo que la temperatura varía en gran medida a lo largo del día, en todas las estaciones del año.

Elegir la compañía adecuada es crucial para transformar el viaje en una experiencia más amena. Generalmente, en grupos pequeños se viaja mejor.

Si se viaja por poco tiempo, conviene combatir el cambio horario desde la primera noche acostándose no antes de medianoche. Para mantenerse despierto, nada mejor que ir a Times Square y dejarse conquistar por las luces.

Para poder conocer y disfrutar de la vida neoyorquina, el tiempo necesario es un mínimo de tres noches, aunque cinco o siete son preferibles para lograr el viaje perfecto.

Al momento de elegir el alojamiento, lo fundamental es tener en cuenta que esté ubicado cerca de una boca de subte y de alguna atracción turística. En este sentido, los hoteles cercanos a Times Square son los más recomendados, si bien suelen ser más costosos. Si no es el primer viaje, se puede optar por alguna zona más a la moda, pero menos turística, como el Meatpacking District, Seaport Village o Chelsea.