Cómo cuidar las várices en la playa

La mejor forma de disfrutar al máximo de la playa a la hora de veranear es tener en cuenta ciertas precauciones para evitar la insolación y otras complicaciones ocasionadas por las altas temperaturas, ya que nadie quiere tener un problema de salud que arruine las vacaciones.

Es sabido que lo principal es usar protector solar, gorra con visera y consumir abundante agua. Pero con las várices hay que tomar más recaudos, puesto que las altas temperaturas aumentan el dolor y la sensación de pesadez que estas provocan.

En primer lugar, conviene mantener una dieta alta en fibras para prevenir el estreñimiento, altamente nocivo para las venas de las piernas. En este sentido, se aconseja un menú abundante en frutas y verduras, optando por ensaladas siempre que sea posible, así como también por los frutos secos, que favorecen el flujo sanguíneo ya que contienen Omega-3. Además, aumentan el colesterol bueno y hacen que el colesterol malo no se acumule alrededor de las arterias, evitando la formación de placas en las paredes de los vasos sanguíneos.

A la hora de visitar la playa, se puede aprovechar para hacer un paseo por la orilla del mar, teniendo en cuenta que la caminata favorece el retorno venoso. También es aconsejable meterse al mar, dado que el agua fría activa la circulación y alivia las molestias en las piernas. Nadar es una buena idea, ya que la posición horizontal es sumamente beneficiosa. Después de sumergirse en el mar es recomendable ducharse para retirar la sal que reseca la piel y aplicar alguna crema hidratante.

Por último, los automasajes son ideales para activar la circulación en las piernas y tener una sesión de relax. Comenzando por los pies y subiendo lentamente hasta los muslos, se pueden realizar en la playa con los dedos y las palmas, sin ejercer presión con las yemas ni masajear directamente las várices, sino las zonas aledañas. Para evitar la fricción, se puede usar además cremas o aceites.