Armó fiestas, incitó a consumir alcohol y ahora hace trabajo comunitario

A un organizador de fiestas casildense se le vino la noche. Es que fue condenado a realizar trabajo comunitario tras comprobarse que incitó al consumo de alcohol en los jóvenes, en el complejo nocturno Arcus de aquella localidad. Estará obligado a efectuar trabajos de reparación en una plazoleta de la ciudad y no sólo tendrá que aportar la mano de obra propia, sino también todas las herramientas y el material necesario para cumplir con la mejora del parque. Se estima que el valor de la labor oscila en los $50 mil.

El caso se disparó tras un evento que organizó el complejo nocturno Arcus en agosto de 2014. Se trataba de un concurso que premiaba al grupo de amigos que más bebida consumía durante cuatro sábados consecutivos. La recompensa era una fiesta privada para 50 personas con barra libre toda la noche. Atentos a las publicaciones en redes sociales y a la publicidad callejera, los padres se hicieron eco del concurso y denunciaron al organizador en cuestión.

De la mano de la ONG casildense Prohibido Olvidar -un grupo conformado por familiares de víctimas de accidentes viales-  y en conjunto con funcionarios municipales, se elevó la denuncia al Ministerio Público de Acusación.

No fue sencillo dar con el blanco de a quién imputar. Es que se trató de un pase de pelota que nadie quería cargar. La fiscal que tomó el caso, Marianela Luna, llamó a declarar al propietario del inmueble, quien presentó el contrato de alquiler y se soltó la culpa. Paso siguiente, el locador puso a disposición el contrato que semanalmente celebraba con un organizador de eventos y allí se encontró a quién apuntar como el principal responsable.

“Luego de varios testimonios de los jóvenes, sumado a las distintas pruebas que hacen a la denuncia, se llegó al veredicto un año después y estamos satisfechos con la sanción”, le contó a punto biz Patricia Ferraretto, la abogada de la ONG que encabezó la denuncia.  

Si bien la identidad del empresario no trascendió, se trata de un hombre de unos 35 años que al parecer, está alejado de la actividad nocturna y ahora tendrá que calzarse los guantes y convertirse en jardinero, albañil y pintor. Se prevé que en breve comenzará a regir la pena comunitaria y se estima que el desembolso supera los $5o mil. “Lo que más contentos nos pone es que el llamado de una mamá haya sido oído por las autoridades y que la justicia actuó en favor de los jóvenes”, resaltó la abogada.

Sin embargo aún queda un sabor algo amargo para quienes presentaron la denuncia: es que el complejo Arcus sigue funcionando como boliche bailable aunque está habilitado como salón de fiestas. “Ese es un tema que nos excede, pero que nos sigue preocupando porque no se respetan horarios, las edades y se pone en riesgo a todos los jóvenes de la ciudad”, concluyó Ferraretto.