La presión fiscal comunal agobia a industriales de Baigorria

Exportadores industriales de Granadero Baigorria sufren en carne propia una agobiante presión fiscal, que se suma a un escenario de escasa competitividad de las mercaderías argentinas para poder seguir ingresando a los mercados externos.  

Fuentes fabriles de la ciudad del cordón industrial consignaron que la arremetida fiscal no hace distingos con las distintas actividades, porque también abarca al comercio y los servicios, pero el caso de los exportadores es especial, porque se trata de contribuciones distorsivas que se exigen en el peor momento.

Para tales fines la administración municipal ha dispuesto el despliegue de inspectores propios pero también contrató estudios de abogados que actúan como ejecutores fiscales. Las redadas incluyen facturación comercial, fiscalización de mercaderías en tránsito y publicidad dentro de los locales, siguiendo una fórmula que ya ha tenido difusión en otras localidades del interior santafesino, generando intensas polémicas con los sectores productivos.

La gota que colmó el vaso entre los hombres de negocios fue la instrumentación distorsiva del derecho de registro de derecho e inspección (Drei), que se aplica sobre las exportaciones y los bonos del 14% para bienes de capital. En el caso de Rosario, por ejemplo, el pago del Drei se deduce contra ventas al exterior, y a lo sumo se paga el mínimo para el caso de industrias que en el período no hayan efectivizado colocaciones externas.

La administración municipal, desde la gestión de Alejandro Ramos en adelante, supo establecer vínculos privilegiados con el gobierno nacional, que aseguraron la llegada de cuantiosos fondos, en un mayor parte aplicados al área de  infraestructura y servicios públicos.

Pero los tiempos cambian y la masa de dinero destinada a obra pública se recortó con fuerza en el primer semestre de 2015 y a ello hay que sumarle que el acceso de un nuevo  gobierno a la Rosada podría modificar el estatus gozado durante los últimos años.