"Siempre supe que estaba en el camino correcto"

El camino no fue fácil, pero la convicción hizo que el esfuerzo se tornara más liviano y valiera la pena. Luego de finalizar el secundario, no tenía claro qué carrera seguir y decidió ponerse a trabajar hasta encontrar su verdadera pasión. En el trayecto, descubrió que había algo en la composición de los alimentos que le causaba curiosidad y fue ahí que luego de tanto buscar, descubrió la existencia de la Ingeniería en Alimentos. 

“No quería ser nutricionista ni tampoco chef, sentía que había algo más y la encontré, así que, con el apoyo de mi familia, dejé de trabajar y aposté todo a la carrera. Comencé los cursillos, tuve momentos de crisis, pero la motivación fue siempre mayor”, contó Lara Malavolta.

Lara es oriunda de Casilda y durante el proceso de estudio viajaba todos los días. Además, había una motivación mayor: el esfuerzo económico que requiere una universidad privada.  

“Si bien el esfuerzo era grande, siempre supe que estaba en el camino correcto, siempre pensaba en qué iba a hacer después. El hecho de asistir a una universidad privada y tener que pagar hizo que me esforzara un poco más como para poder acceder a becas”, señaló.

Y el esfuerzo valió la pena, porque en lo últimos años de la carrera, la joven profesional se ganó una beca para estudiar en el exterior. “Iba todos los años a las reuniones y me postulaba todos los años, hasta que un día en 5to año surgió la posibilidad, me volví a postular y gané”, detalló.

De esa manera, Lara hizo los últimos años de su carrera en la Universidad Politécnica de Cataluya, marcando un antes y un después en su carrera. “Me enteré que me habían elegido en junio y en agosto ya estaba viajando. Era la primera vez que me subía a un avión, no tenía idea ni donde iba a dormir y tuve que aprender Catalán en solo dos meses, fue un a un desafío muy grande para mí, lo haría mil veces más”, aseguró. 

Su viaje la marcó tanto que, tras recibirse, -con honores- decidió volver a emigrar y actualmente se encuentra en el pueblo de Tieste en el norte de Italia y asegura que se ve en Europa trabajando de ingeniera. 

“El mundo es muy grande y quiero conocerlo, aunque mi mayor deseo es trabajar en algo que me permita dejar una huella positiva en el mundo, que no sea solo por el dinero, que mi paso por la profesión no sea en vano”, remarcó y enfatizó: “Pude hacer todo lo que me propuse y la verdad que me pareció maravilloso. Estudiar algo que te apasione para mí fue genial y creo que fue primordial el haberme escuchado. Siempre supe que estaba en el camino correcto”.