El arquitecto duerme poco pero sueña mucho

Motivado por la belleza de la arquitectura romana transmitida por la escuela que lo vio crecer, Leonardo Geremía decidió estudiar arquitectura y, quizás sin buscarlo, logró obtener el mejor promedio universitario de toda la provincia.
 
Pero este logro no fue porque sí, desde que comenzó su edad escolar en la escuela Dante Alighieri, su educación estuvo siempre orientada a la formación humanística y la cultura italiana, además de una familia que supo transmitirle el amor por la ingeniería y la arquitectura.
 
“A mí siempre me tiró el lado de las humanidades y dentro de lo que es la globalidad de todos los aspectos que me resultaban de interés, me decanté por arquitectura”, reafirmó Leonardo y contó que su padre –también arquitecto- lo llevaba con él a todas las obras. 
 
“Mientras tanto, yo dibujaba edificios, particularmente estaciones de trenes y justamente fue una estación intermodal de trenes el proyecto de mi presentación final y con el cuál me recibí”, señaló.
 
Asimismo, manifestó que la apertura que le dio la escuela secundaria en cuanto a la formación de contenido, tenía “una continuidad y un desenlace” en la arquitectura misma y detalló: “Si bien la competencia de la carrera tiene que ver con a manipulación del espacio en diversas escalas, hay muchas aristas de la temática. Hay un desarrollo técnico, pero también tiene que ver con el otro, hay mucho en la arquitectura que tiene que ver con otras personas (como destinatarios del proyecto) y por otro lado también con la historia y la cultura y la arquitectura con la influencia romana. En ese punto hubo como un fluir”.
 
Sobre su paso por la universidad, el joven profesional aseguró que tuvo “estados de crisis y dificultad como todos” pero que hubo un momento en el que la facultad dejó de ser “la facu” para tomar consciencia de hacia dónde estaba avanzando. 
 
“Uno empieza y no ve la línea de llegada tan claramente, por eso en ese sentido completar la carrera me parece que da un cierre muy bonito a la concreción de un objetivo a largo plazo. El arquitecto duerme poco, pero también sueña mucho, porque el trabajo demanda una cierta conexión: la arquitectura es profundamente subjetiva”, describió.
 
Además, Leonardo se refirió al desempeño de un docente de la facultad y lo comparó con el maestro de un taller arte de la época medieval. “Hay una relación distinta entre el docente y el alumno, tiene una transmisión diferente, de par a par, cercana y horizontal. Así que eso repercute mucho al momento de cursar las asignaturas”, sostuvo.
 
Para referirse a la cantidad de tiempo y dedicación frente al estudio, Leonardo recalcó que pudo sortear todos lo problemas que se atravesaron en el camino y que eso le contribuyó a una dedicación “exclusiva” aunque aclaró que “no siempre la capacidad alcanza” y recordó que durante los primeros años se había “tomado muy a pecho el cumplir” pero que hubo algo luego que lo marcó. 
 
“En los últimos años de la carrera nos mandaron a la Vienal de Arquitectura en Rosario y en una actividad sacamos el primer premio, ahí fue cuando empecé a tomar la carrera de forma distinta. A partir de ahí el espacio de libertad fue mayor, me sentí más holgado. Empecé a darme más espacios y profundizar en las materias del ciclo superior que son las que mas tienen que ver con el ejercicio de la profesión”, resaltó.
 
En la actualidad, el joven rosarino se encuentra dando clases en la Universidad Nacional de Rosario, camino que transitó en paralelo al cursado y es miembro de dos grupos de investigación relacionados a la arquitectura sustentable y por otro lado, a la relación en entre los esquemas pedagógicos y la estructura de las escuelas en Rosario. Además, está cursando una Maestría en Diseño Paramétrico en Arquitectura en la Universidad Politécnica de Catalunya y realizando su propio proyecto de construcción y reforma.
 
Para cerrar, Leonardo resaltó la importancia de tener buenos compañeros de proyecto, que para él, resultaron fundamentales al momento de la confección de los mismos. “La arquitectura es una carrera fundamentalmente gregaria porque siempre hay una estrategia conjunta en el abordaje de los problemas y casi toda la carrera se hace en grupo, tener buenos compañeros es primordial”, resaltó.